Pese a lo que muchos creen, no existen razas de perros agresivos, sino canes que, por naturaleza, poseen un mayor instinto protector y un menor grado de tolerancia ante determinados escenarios.
1. Da una buena educación
Para impedir que un perro se vuelva agresivo es necesario entrenarlo y adiestrarlo desde cachorro.
2. Reprende un mal comportamiento
Cada vez que lo haga, dale un pequeño golpe con el dedo y acompaña este gesto con un “¡No!” fuerte y rotundo. En el caso de que no puedas evitar que acabe mordiendo, castígalo dejándolo solo durante unos minutos.
3. Haz que socialice con otros perros
Haz que se relacione con otros perros y personas, siempre en un espacio abierto. Cada vez que se muestre mínimamente agresivo, repréndelo y corrige su actitud.
4. Aplica el refuerzo positivo
De igual forma, no olvides premiarlo con alguna golosina cada vez que detectes avances o veas que reacciona positivamente ante la presencia de canes o personas extrañas para él.
Si pese a seguir todos estos consejos, y después de haber intentado corregir su actitud durante varias semanas, no notas ningún avance, ponte en manos de algún adiestrador experto en perros agresivos.